El vértigo de las despedidas


Sólo doy besos cuando me voy de viaje, y abrazos...sólo cuando los necesito, cuando mi garganta tiene nudos que me impiden tragar.



Mi madre es un magnifico colchón sobre el que reposo cuando estoy cansada, pero no físicamente, cansada del alma...


Cómo me reconforta enredarme en su pecho y rodearla con mis brazos!!, ...aunque creo que me gusta más que ella me rodee con los suyos...me siento regresar a mi niñez, cuando calmaba mi llanto y mi pena, dándome golpecitos en el trasero y balanceándose de atrás hacia delante...y diciendo siempre lo mismo: eah, eah, eah...


Lleva 46 años haciendo lo mismo...y no nos cansamos ninguna!






Cuando salgo de viaje sóla y dejo a mis hijos con mi madre, me reconforta pensar que es ella quien cuidará de ellos, una seguridad me atrapa cuando pienso que, si algo me pasara, ella se ocupará de todo...

...Mi madre...que segura me siento entre sus brazos!!!... cuando me reincorporo me siento con superpoderes, me siento capaz de cambiar el mundo...

Y cada vez que salgo de viaje y  me despido, algo de mí se queda en su casa, la parte que no quiere desprenderse de ella, de su olor,...


¿hay algo más maravilloso que el olor a madre?

...pues yo, el de la mía, me lo llevo conmigo vaya a donde vaya!




...y ahora a hacer las maletas!!!